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En el escenario del Lumière Theatre en Cannes Lions 2025, se vivió uno de esos momentos que quedan grabados. Betsy Beers, productora ejecutiva de Bridgerton, Scandal y Grey’s Anatomy, compartió el detrás de escena de uno de los universos narrativos más influyentes de la cultura actual: el universo de Shondaland.

Y lo que nos dejó no fue solo una masterclass en guión, sino un manifiesto sobre cómo construir historias que transforman, desafían y representan de verdad.

El poder de decir “sí” a lo incómodo

Con una energía tan directa como inspiradora, Beers explicó que las historias de Shondaland nacen de una premisa clara: no evitar los temas difíciles. Decirle “sí” a los momentos incómodos, a las preguntas sin respuesta fácil, a los personajes con contradicciones reales.

“La gente no siempre tiene que agradarte”, dijo, haciendo referencia a personajes como Meredith Grey o Olivia Pope. “Lo importante es que reflejen la complejidad humana.”

Esta mirada cobra aún más valor en un contexto como el de la comunicación en salud. ¿Cómo podemos crear mensajes más empáticos, si no nos animamos a mostrar la diversidad real de emociones, cuerpos, edades, géneros o diagnósticos?

Diversidad sin permiso

Otro momento clave fue cuando Betsy habló sobre la decisión de incluir elencos diversos sin pedir permiso ni hacer alarde. “No hacemos audiciones buscando una ‘doctora asiática’ o un ‘policía negro’. Buscamos a la mejor persona para el personaje. Y si además eso representa al mundo en el que vivimos, mejor todavía.”

Esa lógica de naturalizar lo diverso y ponerlo en primer plano como algo esencial, no como cuota, debería ser un espejo para todas las marcas y organizaciones que comunican en salud: ¿estamos representando verdaderamente a quienes nos dirigimos?

Vulnerabilidad como músculo narrativo

Una de las ideas más potentes que dejó la charla fue la del “músculo de la vulnerabilidad”. Según Beers, en cada sala de guionistas se entrena para contar historias donde la vulnerabilidad no sea un defecto, sino una fortaleza.

Y si hay algo que atraviesa a todos los que trabajamos en comunicación es esa búsqueda de conectar. No con lo perfecto. Sino con lo humano, lo frágil, lo que todavía no tiene nombre pero necesita ser dicho.

En tiempos de storytelling fragmentado, narrativas sin propósito o campañas sin alma, la lección de Shondaland es clara: decirle “sí” a lo valiente es decirle “sí” a la conexión verdadera.