Creatividad en la era de la inteligencia artificial: lo humano sigue marcando la diferencia
En un mundo donde la inteligencia artificial redefine industrias enteras, ¿qué lugar ocupa la creatividad humana? Esta fue la gran pregunta que abrió la charla Creatives in Action en el escenario de Cannes Lions 2024. Con una mirada fresca, honesta y provocadora, tres líderes creativos compartieron su visión sobre la creatividad en la era de la inteligencia artificial, dejando una conclusión clara: lo humano sigue siendo insustituible.
El factor humano: nuestra ventaja más poderosa
A través de ejemplos reales y ejercicios con IA generativa, la charla demostró que, incluso cuando las máquinas imitan, la chispa única del pensamiento humano es lo que realmente conecta con las personas. La creatividad, dijeron, no es solo una técnica: es intuición, vivencia, error y sensibilidad. Es aquello que todavía no puede codificarse.
“La IA puede escribir una buena línea, pero no puede escribir una gran verdad emocional”, dijeron.
Este mensaje se repitió a lo largo de toda la conversación, resaltando que la creatividad en la era de la inteligencia artificial no está en peligro. Todo lo contrario: está encontrando nuevas formas de expresarse.
El momento es ahora
Lejos de ver la tecnología como una amenaza, los creativos la plantearon como una oportunidad sin precedentes. Con herramientas más accesibles que nunca, cualquier persona puede crear, prototipar, iterar y comunicar sus ideas a escala global.
No hace falta esperar a que una agencia te contrate. Lo único que hace falta es empezar.
Cambiar el mindset: del tiempo a la idea
Una de las reflexiones más poderosas fue la necesidad de cambiar el modelo de trabajo creativo, pasando de cobrar por horas a cobrar por valor. Porque una gran idea puede llegar en cinco días o en cinco minutos, pero su impacto puede durar años. Y la IA, aunque potente, no tiene intuición ni contexto cultural. Esa sigue siendo una tarea humana.
Creatividad regenerativa: una visión hacia el futuro
La conversación también abordó temas como el valor del fracaso, la vulnerabilidad como combustible creativo y la necesidad de mantener una mirada genuina.
En un escenario donde todo parece programable, ser imperfecto y humano es lo más disruptivo que existe.